Es mucho el tiempo que llevo reflexionando sobre el espacio, el mobiliario, los materiales y sus para qués en las aulas; las razones por las que cuesta tanto iniciar procesos de cambio y por qué esos procesos a veces no tienen continuidad; sobre qué significa “de-construir” un aula y dotarla de nuevos significados, o incluso de algo tan básico y obvio como dotarla de significatividad para la infancia; y cuál es el papel de las adultas y adultos de referencia en un nuevo tipo de espacio que actúa, como decía Loris Malaguzzi, de tercer maestro.

Este curso escolar conseguí llevar a cabo algunos cambios que han modificado por completo las interacciones sociales y con los materiales dentro de mi clase. Partiendo de una base con mobiliario, materiales y estructuración más tradicional, he conseguido repensar y reestructurar el aula de manera que se ajuste más a las necesidades de la infancia, generando diversos ambientes con materiales cuidados y ricos en posibilidades; y utilizando los mismos muebles con los que contábamos (ya que una de las dificultades con las que podemos encontrarnos es que no podamos deshacernos de armarios, estanterías…).

Me gustaría compartir con todas vosotras y vosotros las fotos del resultado final.

Mesa de arena

Para este ambiente utilicé un mueble de casilleros tumbado. Añadí una cubeta transparente de tamaño grande con tapa, de manera que quedase claro cuando se podría utilizar y cuando no. Y unas cajas de vino de madera que servirían para recoger el material.

En el interior: sacos de arena fina de construcción, unas flaneras de diferentes tamaños, botes transparentes, rastrillos metálicos, palas de cocina de madera, piñas, palos, tubos de cartón de diferente grosor, cucharas de los botes de leche en polvo, un escurrecubiertos metálico, conchas, bote de especias, piedras y una aceitera que pueden rellenar con agua (ojo si hacen charco que luego huele mal si se queda muchos días estancada).

En un primer momento introduje unos muñecos de madera, pero no les daban uso, así que decidí retirarlos. Contamos con un par de coladores, pero que no hacen la función de colar, ya que la arena suele estar húmeda (los utilizan como recipientes o cucharones).

Plataforma de mundos

En este ambiente coloqué en el suelo un cabecero que me cedió una familia (la plataforma blanca) y un espejo para dar profundidad a lo que aconteciera en ese espacio.

En el mueble contiguo tienen construcciones de madera, animales y algunos materiales no estructurados como trozos de cartones largos, retales de telas de tapicerías de sofá en forma cuadrada, planchas de corchos de las que se pegan a la pared… Además, tienen a su disposición coches y trenes, que piden que se lo baje de vez en cuando.

Introduje una planta grande que coloqué en una de las esquinas, ya que un elemento natural en este ambiente daría muchas posibilidades.

Mesa de luz

Como digo yo, ¡me tocó la lotería! Tenía claro que uno de los ambientes que quería introducir era una mesa de luz (o varias), que pensaba hacer con cajas de madera.

Cuando estaba en pleno proceso de idear la propuesta, una familia me ofreció un expositor de peluquería que habían recogido de una amiga y no sabían qué hacer con él. Era perfecto para mi aula. Lo monté tumbado encima de dos mesas y lo agarramos con unos velcros adhesivos para que no se moviera. La amplitud del espacio de esta mesa permite la interacción de varias niñas y niños a la vez.

Como materiales, de momento tengo acetatos transparentes cortados en distintos tamaños, unas piezas de mosaico de colores, unos muñecos de silicona de colores también (estos dos últimos materiales son específicos para mesas de luz y fue en lo que más se invirtió económicamente) y unos vasos transparentes pequeños de plástico de colores.

Mesa de paja

Al igual que para la mesa de arena, tumbé el otro mueble de casilleros para que hiciera de plataforma. Puse una cubeta transparente grande y con tapa y usé un par de cajas de madera que tenía para recoger el material.

Como materiales: cama de “paja” para hamster, cortezas grandes y pequeñas, botes transparentes de diferentes tamaños, piñas, bellotas, corchos de botellas, piedras tipo cristal que brillan, bases metálicas  para hacer magdalenas y bizcochos, cucharones metálicos de cocina (tamaño infantil para que puedan manejarlos bien), pinzas metálicas de cocina, unas botellas transparentes y flaneras de diferentes tamaños.

En un primer momento introduje en uno de los botes arroz y en otro judías, pero sólo dieron juego los primeros días. Con el uso se han ido perdiendo entre el resto del material.

Espacio misceláneo

Este espacio está reservado para aquellos niños y niñas que se sienten más cómodos interactuando con materiales más habituales. Además, era necesario crear un espacio donde los materiales con los que ya contábamos tuvieran cabida.

Aquí se pueden encontrar: puzzles, ensartables, pinchitos, juegos creados por las maestras, regletas, juegos de lógica, acuarelas, rotuladores, ceras, tijeras, pegatinas, punzones, plastilina…

Había muchísimo material de este tipo. Lo que hice fue hacer una selección, descartar lo que no me resultaba interesante y el poco material con el que me quedé rota de vez en cuando, de manera que cada cierto tiempo tienen alguna propuestas nueva por descubrir.

Biblioteca

Para este espacio me deshice de un mueble expositor con ruedas que tenía y coloqué en la pared tres baldas para cuadros. Coloqué unos visillos de manera que se bajara un poco el techo y que separase el espacio más cercano. Lo ideal sería contar con unos cojines, pero de momento está en la lista de cosas por mejorar. Los libros también van rotando de vez en cuando.

Y hasta aquí, cambios sencillos y con poco presupuesto; muebles tradicionales tumbados que hacen de plataformas a altura infantil; que nos ofrecen la oportunidad de estar para observar con calma, acompañar procesos y evaluar lo que acontece para reajustar materiales, propuestas o incluso ubicaciones espaciales. Los materiales, en su gran mayoría, aportados por las familias; de origen natural o reutilizado.

Y sin olvidar, que todo este proceso está enmarcado en un contexto escolar similar a muchos de los colegios en los que os podéis encontrar vosotras y vosotros. 

¡Quizás os animen!

Descubre las claves para el éxito académico. Suscríbete y no te pierdas ninguna ✉️

  • Hola Ana, geniales tus ideas, tomo nota porque casa a la perfección con mi idea de espacio en el cole, yo ando también dándole vueltas cada año… Me encantaría poder ir a conocerla un día… Como madre y como profe da gustazo ver lo que haces… Cómo mola!!!!

    • Mil gracias por tu comentario. Te animo a «lanzarte a la piscina». Observar los procesos que se dan en el aula es la mejor de las recompensas. Estaría encantada de que pudieras visitarnos un día. Este año, he cambiado de espacio, con lo que me toca volver a empezar. Estoy segura de que volverán a salir cosas interesantes.
      🙂

  • Me encanta tu distribución del espacio en el aula y me recuerda además del mencionado Malaguzzi, a la metodología de la cotidianidad de Montessori y a la lectura del libro «Educar en el aula de 2 años. Una propuesta metodológica» de Paloma Sainz de Vicuña, y «Rincones de actividad en la escuela infantil (0-6 años)» de M. José Laguía, Cinta Vidal. Ambos de Editorial Graó.

  • {"email":"Email address invalid","url":"Website address invalid","required":"Required field missing"}

    Descubre el consejo de un padre primerizo que te enseña como mejorar la relación con tus hijos (en menos de 5')

    >
    Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos y para fines de afiliación y para mostrarte publicidad relacionada con sus preferencias en base a un perfil elaborado a partir de tus hábitos de navegación. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
    Privacidad