Aún tengo la lagrimilla medio colgando.

Hace unas semanas Fran y Lucía han terminado mi mentoría de familias.

(Los nombres son falsos porque quieren mantenerse en el anonimato).

¡Vaya cambio en su casa!

Al terminar, me escribieron una carta de despedida después de los 6 meses + 1 de acompañamiento*.

Copio y pego:

“¡Ay Ares…! No sé ni por dónde empezar.

Mirar atrás y ver el camino que hemos recorrido contigo me remueve muchos sentimientos, pero, sobre todo, me genera satisfacción. Quiero dedicar este momento para reflexionar y poder poner el broche de clausura a este esfuerzo que hemos hecho por mejorar nuestras vidas y las de nuestros hijos. El esfuerzo no termina, el camino no se acaba, pero ahora, eso sí, estamos más preparados para disfrutar del día a día sin que suponga un calvario.

¿Dónde estábamos la primera vez que hablamos contigo? Veníamos de muchos meses de tensión acumulada por problemas médicos, explosiones emocionales muy fuertes de Sergio (4 años), el nacimiento de nuestra segunda hija, cambios de trabajo, dos mudanzas en un año… Bueno, podría seguir, pero no es importante. El cúmulo de muchas circunstancias habían acabado por causarnos un malestar generalizado. No remábamos juntos. El raciocinio reina en nuestra casa, por suerte o por desgracia, y la incomprensión de las respuestas de M. nos estaban alejando y nos habían convertido casi en enemigos.

Cuando recogía a los niños, muchas tardes, sentía pánico. Sabía que al llegar a casa estaría sola con los niños y Sergio montaría, como cada día una pelea contra su hermana y contra mí. Casi siempre prefería estar en el parque con tal de no ir a casa. Todo esto se fue acumulando y acumulando y no sabíamos como arreglarlo. Todo iba a peor.

Hacer este acompañamiento nos ha reconciliado como pareja, nos hemos vuelto a encontrar, hemos tenido conversaciones fundamentales que nunca habíamos tenido. Nos ha unido de una manera maravillosa, hemos podido fundar los valores de nuestra familia. Parece fácil decirlo, pero ha sido un gran reto. Para mí, esto es lo mejor que me llevo, nuestra (re)unión. Debería ser obligatorio sentar las bases familiares, y, sin embargo, nunca nos lo habíamos planteado anteriormente.

Siento que hemos crecido enormemente tras haber removido el pasado, buscado en nuestras educaciones, y, principalmente, aprendido a gestionar las emociones (aquí aún sigue habiendo trabajo). Gracias a nuestro crecimiento, hemos visto una evolución inmensa en S. Se me saltan las lágrimas de lo orgullosa que me siento de esto. Hemos reconducido una situación desesperante en una casa en calma. Sigue habiendo conflictos, sí. Pero no nos aterrorizan, los tomamos como vienen; y, como vienen, se van. De cara a Ana (2 años) hemos ganado muchísimas herramientas que ya nos están ayudando a afrontar los “fabulosos 2 años” desde otra perspectiva.

Me siento una persona diferente a la que era cuando comencé. He cambiado mis prioridades, tengo ratos para mí, he conseguido apuntarme a Yoga. Hemos vuelto a ir de vacaciones (cosa que nos daba pánico por miedo a dormir fuera de casa), paso muchas tardes en casa con los niños encantada y feliz, Fran se va de viaje de trabajo y lo afronto sin necesidad de ayuda.

Sólo tengo palabras de agradecimiento hacia ti, Ares. Por habernos acompañado y guiado cuando más lo necesitábamos. Y con los ojos llenos de lágrimas me despido, ha sido un verdadero placer

Lucía”.

A veces dudo si compartir estas cosas, pero otras me veo en lo obligación de mostrarlo porque es posible.

Si te sientes como se sentían y quieres acabar con eso ya.

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Tiene solución y todas las familias tienen resultados.

Hasta las familias escépticas (de ese testimonio te hablo otro día).

Porque poco a poco aprenden a darle la vuelta a su vida familiar.

Si tu caso no es grave, pero sientes que el problema se hace mayor, que no sabes cómo gestionar los conflictos sin explotar, quieres hacer equipo con tu pareja, por la noche tienes culpa o simplemente quieres aprender a hacerlo bien.

Empezamos ya (si quieres):

Mentoría de familias

Un abrazo grande,

Ares

PD1: * ¿Por qué 6 meses + 1?, porque regalo un mes más para que en vacaciones estés disfrutando con tus hijos y no haciendo los ejercicios o las sesiones de la mentoría.

PD2: Aunque de vacaciones me puedes escribir por Telegram cuando quieras si tienes una emergencia.

PD3: El jueves te cuento dónde nos vamos de vacaciones 🙂

Padre de familia numerosa y experto en crianza, educación y organización familiar. Es autor de Educar sin GPS, una visión global de la crianza para que disfrutes por el camino de la editorial Planeta.

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