Te lo voy a decir sin mucho miramiento.
Y al grano.
Que ya me conoces.
Bien es suficiente.
¿Cómo?
Sí.
Bien es suficiente.
Tus hijos no quieren que lo hagas todo perfecto.
Que ya es noviembre y se acumulan el trabajo, las extraescolares,
los tendría que hacer y los voy a preparar el mejor disfraz de Halloween.
Que no, que nos estamos equivocando.
Que tus hijos te quieren a ti.
Sin obligaciones y sin los tengo que hacer.
Nada más que a ti.
Disponible.
Tu mirada, tu presencia, tu sonrisa.
Que estés.
Nada más que eso.
Lo escribo aquí, como recordatorio.
Para ti.
Y para mi.
Bien es suficiente.
Lo demás, sobra.
Si después de esto no te he convencido, léete mi libro.
Me extiendo un poco más y además te doy todas las herramientas para que disfrutes de la vida en familia.
Un abrazo grande,
Ares
Pd. Te quieren con tus defectos y tus virtudes.
Pd2. Prefiero que estés con tus hijos a que leas mi libro.
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