Como docentes, padres, madres o simplemente como personas estamos a diario en la ayuda, en el proceso de ayudar al otro. Pero, este hecho que parece sencillo, es sutil y complejo.
Simplemente os quería compartir – con el único fin de seguir reflexionando sobre lo que somos y hacemos- estas líneas del libro «Cuento de Invierno» de Ferrán Ramón-Cortés en las que se describe el proceso de la ayuda con magistralidad:
«Ayudar es acompañar a las personas a descubrir, pero es una acción exenta de protagonismo y por la que no hemos de esperar nada a cambio. Es un arte, un ejercicio de sensibilidad. Quien ayuda sigue el ritmo del otro y jamás toma la iniciativa. Va un paso por detrás y nunca uno por delante. Se supedita por completo a la capacidad de asimilación del otro. Acepta y no critica ni aconseja jamás. Escucha y acompaña y no espera obtener nada de todo el proceso. Al final, desaparece en cuanto percibe que ya no lo necesitan, sin esperar agradecimiento. Si ayudamos para llenar el saco, estamos ayudando para ayudarnos a nosotros mismos».
¿Qué os parece?
Foto: flickr Jack Fussell
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