Tú no.
Tranquilidad.
Esta frase me la dijeron a mí.
Pronto sabes quién y porqué me la dijo.
Mientras te voy a explicar cuándo y cómo te voy a escribir.
Cada semana recibirás consejos de crianza, familia y de vida a las 06.45 am.
Por si quieres leerme en la cama cuando te levantes, mientras desayunas o en el metro. Eso ya te lo dejo a ti, cuando tú quieras.
También podrás ampliar con cursos, libros o recursos para facilitarte la vida.
Si quieres los compras y si no, puedes quedarte tranquilamente.
Leer es gratis (y yo encantado de que estés por aquí).
Bien.
Vamos con el tema que nos concierne hoy.
Como en muchas familias, yo quería ser un buen hijo y además, siempre he tenido aires de grandeza.
No es que me crea nada, es que pienso a lo grande.
Retos grandes, vida grande (aunque con mis 4 hijos se me ha ido de las manos jurr).
Este reto consistía en ser el primer ingeniero en una familia obrera.
A mí lo de las tecnologías me gustaba (y me gusta).
Y además, eso de ser ingeniero era molón para mí, para mi familia y para el mundo.
Allí que fui a la facultad de Ingeniería informática en la Universidad Politécnica de Madrid.
Ni más, ni menos.
Y qué bonito sonaba.
Atiende porque aprendí un montón de cosas después del primer curso:
A hacer malabares, montar en monociclo, trucos de magia, hacer páginas web, viajar por España y jugar a las cartas en la cafetería…
Como ves, aprendí y disfruté mucho (pero no de la carrera).
Suspendí prácticamente todo.
Ya en julio, mi hermana Nadia me cogió por banda en mi felicidad circense y me dijo:
- “Ares, vamos a hablar. Tú eres monotemático con lo que te gusta, te pones con algo y eres pesadísimo”.
- “Cierto”, asentí un poco resignado.
Y concluyó:
- “Todo el rato estás hablando de una cosa pero, de la carrera no nos hablas nada”.
Me dolió, fue una bofetada en medio de mi disfrute.
Dura y real.
Empezamos a darle vueltas a lo que me gustaba y retomando todo lo que leíste en el mail de ayer, decidí que en el futuro era mejor trabajar con personas que con pantallas.
Y como ya sabes que me gusta hacer las cosas a lo grande, me metí a dos carreras a la vez:
- Magisterio infantil porque quería ser maestro de niños pequeños.
- Y magisterio de inglés, que no me gustaba ni tenía ni idea, pero era requisito para encontrar trabajo después (y así fue).
La vida, que más que teoría, es práctica.
Con todo ya decidido, llamé a mi padre (con él ya no tengo relación, eso es otra historia).
- “Papá, dejo la carrera y me cambio a Maestro de infantil”.
Ya sabrás lo que me dijo.
- “Tú, lo que eres es gilip0llas”.
No recuerdo mucho más de aquella bronca. Esa frase es suficiente para resumirlo.
Te lo voy a decir claro.
Nuestros hijos no están para cumplir nuestras expectativas, mejorar nuestros errores y cumplir nuestros sueños.
No cometas ese error porque la frustración para ti es inmensa y el peso de tu hijo para agradarte y no hacer lo que realmente quiere es brutal.
Nos corresponde poner una base de límites, autonomía, valores y cultura familiar. Después harán su propio camino en el que nos tocará apoyarles (dentro de unos límites claro.)
Bien.
Esto de la autonomía y la responsabilidad empieza desde bien pequeños.
Te lo digo como psicomotricista.
Exactamente a los 6 meses.
¿Cómo te quedas?
Me parece tan importante que hice un curso con una amiga.
Una amiga que es un referente en España.
Lucía mi pediatra.
En este curso te contamos todo lo que necesitan para ser autónomos y desarrollar su movimiento de los 0 a los 3 años.
En 2h y 5’.
Acceso inmediato y lo ves como una peli de Netflix.
Autonomía y movimiento de 0 a 3 años. 25€
Son cuatro partes: bebés, exploradores, caminantes y comunicadores.
Así sabrás lo que es normal y lo que no en cada etapa.
Y sobre todo, aprenderás a maravillarte cada día.
Si no hay autonomía, no hay responsabilidad.
Autonomía y movimiento de 0 a 3 años. 25€
Pd. Lo de Lucía y yo te lo cuento el próximo martes.
ps://www.luciamipediatra.com/cursos/autonomia-y-movimiento-0-3-anos/
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