Hoy te voy a contar dos anécdotas divertidas.

Porque se nos va un poco la cabeza y perdemos el norte en la crianza.

Vamos con la primera,

Mi último año de maestro de infantil tenía 25 niños y niñas de 2 años y 8 meses a 4 años y 1 mes.

El caso es que un niño me dice:

  • Ares, ¡me meo, me meo!
  • Le digo, pues ve al baño (que estaba dentro de la clase a puerta abierta y yo allí).

Se va corriendo y se para delante del váter y me dice:

  • Ares, ¡me meo, me meo!
  • Haz pis (le digo).

Y él:

  • Que no Ares, ¡que me meo!

Ya saltando sobre las puntas y apunto de hacerse pis.

  • Pues bájate el pantalón y el calzoncillo y haz pis.

Y entonces me dice:

  • ¡No puedo! ¡Que me canso!

Ojiplático me quedé.

En sus tres años de vida, no se había sujetado el pene NUNCA para hacer pis.

Le habían cuidado tanto y le habían dado todo con tanto amor que no era capaz de ir al baño solo.

Con mucho cariño le fui dando pistas verbales de cómo hacer todo el procedimiento mientras me preguntaba internamente si algo estábamos haciendo mal en esto de la crianza.

Venga, voy con la segunda.

Un día estaba en el parque con mis hijos jugando y se me acercó una familia que me conocía por el libro.

Me contaron un poco su situación y era un poco lo que nos pasa a la mayoría, que estaban agobiados, con dos niños, etc.

Son etapas y si te formas o aprendes pues vas mejor.

Y no es fácil.

En un momento dado el de 3 años le dice a su madre que se hace pis.

Pues veo que la situación se hace difícil, que se tiene que llevar también a la hermana pequeña a hacer pis.

Yo pensaba: ¿Dónde irán a hacer pis?

Ya veo que es al árbol más cercano (a tres metros del parque) y le digo que me quedo con la pequeña.

Gracias, gracias.

Cuando van para allá.

Se quita el pantalón con la ayuda de su madre, se quita el calzoncillo también y hace pis sentado.

En el parque.

En un matorral junto al árbol.

Entonces entendí porqué llevarse a la pequeña lo complicaba todo.

Que estará hecho con todo el amor para que en casa haga pis sentado que me parece fenomenal.

¿Pero fuera?

Cada cuál pone las normas y hábitos en su casa.

Yo no digo nada.

Ahora bien, una reflexión al mundo:

¿No es la crianza suficientemente difícil cómo para complicarnos más si cabe?

No suelo hablar mucho de lo que hace la gente, porque no quiero que se sienta criticada.

Cada padre y cada madre hace lo que puede.

Pero vuelvo al asunto del mail:

¿Se nos va la pinza con la crianza respetuosa?

Yo creo que sí.

Ahí te lo dejo.

Por si puedes o quieres replantearte algo y vivir mejor.

Si quieres saber cómo hacerlo, léete mi libro por favor:

Educar sin GPS

Y si ya te está yendo regular y quieres ponerle remedio.

Te acompaño 6 meses mano a mano.

No lo dejes pasar.

Cuánto antes tengas las herramientas necesarias, más se llevan tus hijos y tú.

Para siempre.

Un abrazo grande,

Ares

PD: parece ser que el sentido común no es el más común de los sentidos.

PD2: todos nos complicamos a veces, pero simplificar es necesario en la crianza.

Padre de familia numerosa y experto en crianza, educación y organización familiar. Es autor de Educar sin GPS, una visión global de la crianza para que disfrutes por el camino de la editorial Planeta.

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