Te voy a contar una historia que igual conoces.
O no.
Pero que no te va a dejar indiferente.
Un empresario va por el puerto y observa con curiosidad a un pescador que está recogiendo su red.
La barca es modesta, pero el cubo está lleno de peces frescos.
Intrigado, el empresario se acerca y le pregunta:
– ¡Vaya! Tiene buena mano para la pesca. ¿Cuánto tiempo te ha llevado pescar todos esos peces?
El pescador sonríe y responde, como quien cuenta una rutina de lo más común:
– Apenas una hora, a veces un poco menos. Me levanto a las 8:30, desayuno con mis hijos y mi mujer, los acompaño al colegio, y después me vengo aquí al puerto. Con lo que pesco en ese rato, tengo más que suficiente para la comida de mi familia. Y así me queda el día libre para disfrutar de ellos, tocar la guitarra con mis amigos, y vivir tranquilo.
El empresario, confundido, le dice:
– Pero, ¿y si pasara más horas pescando? Con su habilidad, podría pescar mucho más y venderlo para ganar dinero extra.
El pescador lo mira y le pregunta, sin perder la calma:
– ¿Para qué?
El empresario le sonríe, como quien explica algo obvio:
– Con más dinero, podría comprarse una barca más grande. ¡Incluso contrataría a otros pescadores y formaría una pequeña flota! En poco tiempo, tendría un negocio próspero.
El pescador, curioso, vuelve a preguntar:
– ¿Para qué?
Ya con entusiasmo, el empresario responde:
– Pues con su flota y el dinero ganado, podría tomarse todo el tiempo del mundo para hacer lo que quiera. Podría desayunar a diario con su familia, llevar a sus hijos al colegio, tocar la guitarra con sus amigos… ¡Sería libre!
Entonces, el pescador sonríe y le dice:
– ¿Y no es eso lo que estoy haciendo ya?
A veces, como padres, olvidamos que lo que nuestros hijos realmente necesitan no es más de todo, sino más de nosotros: más tiempo, más calma, más presencia.
Que ojo, sé que cuando hay dificultades económicas es lo más importante porque si no, se vive mal.
Pero a veces creemos que todo estará bien…
“cuando tengamos más dinero”
“cuando todo esté en orden”
“cuando podamos dedicarles más…”
Como siempre digo:
“Lo que ya tenemos es mucho más de los que nos falta”
Esto es precisamente lo que explico en Educar sin GPS.
cómo reenfocar nuestra vida familiar para centrarnos en lo realmente importante, vivir con calma, y disfrutar de la crianza.
Son 6 puntos:
- Presencia
- Cuidados
- Autonomía
- Límites
- Permitirles ser
- Y el último es el más importante pero lo tienes en el libro.
No hace falta esperar a “tenerlo todo”.
Un abrazo grande,
Ares
Si quieres saber más, te lo cuento en mi newsletter.

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